QANAI nace en un terreno con geometría radial, cuya forma no se impone sino que organiza: una plataforma circular expandida sobre el paisaje. La casa responde a esta condición con una planta también radial, articulada desde un centro estructurador que no reparte, sino que activa relaciones. El proyecto parte del estudio del espacio central, no como vestigio histórico, sino como modelo contemporáneo de habitar. En su intersección se inscriben las circulaciones, la luz cenital, la escalera y las visuales cruzadas: un vacío que estructura, conecta y reúne. Tomando distancia del funcionalismo y de los modelos compartimentados, QANAI explora una planta libremente organizada alrededor del centro, donde cada habitación se iguala en jerarquía pero se diferencia en orientación, atmósfera y relación con el exterior. La cubierta, fragmentada y quebrada, no busca unificar sino prolongar la lógica del suelo: es paisaje arquitectónico. Desde ella, la casa se vive como una estructura abierta al entorno, pero anclada en una forma ancestral de organizar la vida: desde el centro.